¡Hola viajeros!
Tiene mucho tiempo que no escribo algo y realmente soy la culpable por no organizarme bien y dejar que la vida tomara control absoluto sobre mí. Pero eso nos pasa a todos, ¿no?
Aprovechando la cuarentena y reviviendo bastantes recuerdos, di con la tormenta masiva de nostalgia que asedia a unos cuantos con vocación de sentimentales cuando se encierran en sus pensamientos. Me encontré recordando el objetivo detrás de la decisión de abrir este blog, de la gente que conocí gracias a este proyecto (que afortunadamente no tuvieron el mismo destino de este espacio y el contacto sigue fortaleciéndose fuera de esta plataforma), de todo lo que aprendí y de las ideas que lograron forma y las que después de un tiempo terminaron desvaneciéndose gradualmente.
Hice un barrido desde aquel verano del 2014 cuando llegó a mí por tal vez casualidad (o causalidad más bien) un tuit sobre un grupo de lectura en WhatsApp donde conocí a gente maravillosa y donde Yam y yo intercambiamos nuestras primeras palabras y decidimos crear este rincón. Posteriormente, me uní a un sinfín de iniciativas sobre lecturas conjuntas, guerra de fandoms, comunidades blogger (CBM), etc. Desde febrero a septiembre de 2016 colaboré en la revista digital Literariamente, realmente fue un proyecto que disfruté bastante aunque conllevó mucho estrés y tantas 'discusiones' terminaron desgastando a gran parte del equipo y luego llegó la universidad...
Siento que mi vida se divide, por ahora, en cuatro grandes partes: infancia practicando muchos deportes y actividades culturales por doquier, natación alto rendimiento, libros y universidad. Cada fase conlleva aprendizajes y cambios totales en mí. Es increíble como cada decisión que tomamos en nuestra vida nos puede llevar por caminos inimaginables y nos provoca ver la vida con perspectivas totalmente distintas.
Si no hubiera sido una niña rara que no veía tv y se pasaba todo el día en el deportivo a lado de su casa, tal vez no hubiera adquirido ciertas cualidades ni descubierto que mi deporte favorito es sin duda la natación. Si no hubiera decidido dejar de practicar natación de alto rendimiento por mi lesión (apenas por fin el tratamiento dio sus frutos wiii) entre otras razones ggg, tal vez no hubiera conocido a tanta gente y formado vínculos con personas maravillosas de otros estados y países, tal vez mi 'pasión' por los libros y el escribir de repente no hubiera salido a la luz tan pronto. Y bueno, la universidad... esa decisión está llena de hubieras, de dudas, de descubrimientos, de cambios, de T-O-D-O. Creo tendría que dedicarle una entrada entera para hablar de mi propia evolución, de mi antes, durante y después de la universidad (ya solo me falta un año para acabar, aiuda). Pero en resumen, si no hubiera decidido esta carrera rara que nadie conoce en una universidad a medio país de distancia de la ciudad donde vive mi familia, no sería la persona que soy ahora, no habría tenido experiencias tan lindas (y algunas un tanto estresantes) y no hubiera establecido vínculos con personas tan distintas con las que solo comparto la decisión de haber elegido esta carrera (con algunos amigos también comparto signo zodiacal wii)..
En un año nuestra vida cambia mucho, a veces hasta asusta la velocidad con la que la vida pasa frente a nosotros con situaciones que uno no creería vivir tan pronto o que ni siquiera deberían pasar si tan solo el mundo fuera mejor. Lo único que nos queda es aceptar que nuestra vida tiende al caos y disfrutarlo, aunque a veces no sea tan fácil, qué digo a veces, casi nunca. Aferrarse a aquello que nos hace feliz y enciende una chispa de voluntad a seguir adelante. Mantener a esas personas que siguen ahí a pesar de todo, a pesar de los cambios, a pesar de los hechos, a pesar de no saberlo todo. Simplemente ser tú, y si se puede, ser feliz también.
Y ustedes, ¿qué tanto han cambiado?
Un beso,
Hola, Me ha encantado leerte.
ResponderBorrarYo también siento que mi vida se divide en varias áreas y todo ese me estresa bastante.
Un abrazo y prioriza.