¡Hola, Viajeros!
Mucho tiempo sin publicar, sin leer, sin escribir... Intento encontrar el espacio para darme una vuelta por aquí, pero se me ha complicado un poco estos últimos meses. Quería compartir este relato que escribí vagamente en una noche de insomnio, así que se los dejo. Por otra parte, tengo varias ideas en mente sobre qué publicar, pero aún no llega la inspiración, esperemos no tarde mucho.
'Reflejo'
Una vez soñé.
Soñé que veía mi reflejo en un cristal y pensaba ‘vaya, esta soy yo’.
Soñé que al mirarme me encontraba feliz con lo que era, a gusto, como si al final todo estuviera en un equilibro perfecto; no perfecto en el sentido de que por fin todo estaba como lo había pensado, si no en la sensación de que las cosas así debían ser, la sensación de tranquilidad, de un suspiro reparador de todo lo roto que antes se encontraba marcando cada parte de mi ser, cada herida interna que sanaba lentamente por fuera, cada cicatriz abierta que por fin cerraba para no volver a salir.
Soñé que me sonreía porque sentía algo parecido a la felicidad, porque por fin lo había logrado después de tantos altibajos, porque era real que todo puede sanar, que todo puede cambiar y que lo mejor está por venir, porque era cierta la leyenda urbana de que los sueños se cumplen, porque tenían razón en que no había que perder la esperanza.
Soñé que me analizaba bien de cerca no creyendo lo que mis ojos veían.
Soñé, soñé, soñé.
Y desperté.
Desperté y descubrí que ese espejo estaba empañado por ese vapor llamado vida, así que, en vez de observar ese reflejo, miré a través de él, y en vez de creer en lo que mis ojos observaban, creí en lo que mi alma me decía, gritando por ayuda, conteniendo las lágrimas detrás de ese rostro amable y tranquilo, queriendo correr, salir, huir.
Huir de todo, huir de mí.
Y no volví a soñar.
‘Vaya, esta soy yo’.
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ResponderBorrarYa extrañaba tus hermosas publicaciones, vuelve a tu belleza interior ❤
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